sábado, 5 de diciembre de 2009

Sesión 7 (Crónica de Hugo)

Retomamos el contacto con un mundo nada parecido al día a día, un mundo donde la imaginación y los sentimientos son los que cuentan. Al llegar las 14:30 de los jueves esto es posible, y aunque dure poco tiempo, conseguimos evadirnos y dar rienda suelta a nuestra imaginación, logrando (según los profes, que son los que más entienden…) algo maravilloso ¡OLÉ!

Comenzamos la clase desplazándonos por un espacio delimitado en la sala. Para “calentar” o entrar en situación hacemos el ejercicio de desplazarnos mirando a un punto fijo, y al acercarnos a este o simplemente cuando queramos, cambiar ese punto, ese centro de atención hacia otro cualquiera. Puede ser que este punto sea algo en la pared, una puerta, espejo… pero también puede ser una persona con la que mantenemos la mirada. Esto último también forma parte de otro ejercicio, que consiste en caminar por la sala, siempre de forma ligera y con decisión, hacia esa persona con la que estamos manteniendo el contacto visual, y al igual que en el ejercicio anterior, podemos cambiar cuando queramos.

Continuamos andando por ese espacio delimitado de la sala, pero ahora toca estar atentos de todo lo que nos rodea. Por ejemplo, podemos apreciar que las persianas están bajadas, que hay pelotas en la sala, o que esta semana ha asistido al taller alguna persona despistada que no fue la semana anterior (ejém...jaja).

Nos disponemos en círculo y nos pasamos una pelota siempre en el mismo sentido, de izquierda a derecha. A continuación comenzamos a andar por la sala, y tenemos que pasarnos la pelota sin que caiga, para ello tenemos que tener contacto visual con la persona a la que se lo vamos a pasar, pero esto no es todo, nos la tiene que pasar aquella persona que teníamos a la izquierda en el círculo, y nosotros pasársela al que teníamos a la derecha. Pues bien, esto no fue así, a pesar de que al comienzo de la clase nos avisaron de que tendríamos que estar atentos de todo, 30 segundos después de haber roto ese círculo, ya no sabíamos a quién teníamos que pasarle la pelota, y quien nos la tendría que pasar.

Cambiamos de ejercicio, pero eso sí, seguimos andando por la sala ¿¡¿Cómo íbamos a parar?!? Asique seguimos andando por la sala. Ahora tenemos que pasarnos la pelota, sin orden establecido, pero contando, 1,2,3… llegar a 9, y volver a bajar hasta el uno.

JOERRR… llevo casi un folio del Word hablando y enrollándome, y aun no he llegado a lo interesante, creo que debería resumirlo algo más… pero NO PUEDOOOO!!! (nota: se puede decir joer el este blog¿?)

A lo que estábamos, el siguiente ejercicio hacemos lo mismo, pero cambiamos el decir DOS por decir…CASA puede ser¿?... y más tarde cambiamos el NUEVE por… por… bueno, el caso es que también tuvimos que cambiarlo por otra palabra, lo que hizo que se creara algo de confusión.

La confusión del juego anterior no tiene nada que ver con el CACAO que se montó con este otro. Nos colocamos en círculo, y nos pasamos uno a uno, una especie de ola imaginaria. Bien, hasta aquí el caos aún no ha aparecido, pero se van introduciendo palabras y gestos con los que el sentido de esa “ola” cambia, o salta a los participantes. Al principio solo estaba el ÍA para pasar la “ola”, y el J/HONDO para cambiar el sentido de la misma. Seguimos añadiendo gestos y palabras, y cómo no cada vez más locura. Otro de los gestos añadidos es el WIIII con el que saltamos a algún participante, y tiene que continuar esa ola… BLAblaBLA… me podría tirar aquí folios y folios describiendo o intentándolo al menos como era este ejercicio, pero es muy difícil de explicar, asique imaginaros para hacerlo…BUA!!! (Nota: pelotita amarilla 3€, calcetines sucios 1€, QUE A PAULA SE LE SALTEN LAS LÁGRIMAS DURANTE EL EJERCICIO…NO TIENE PRECIO).

Después comenzamos con el tema de la improvisación, hicimos un pequeño repaso con Darío de los contenidos vistos hasta entonces, y nos pusimos manos a la obra.

Estamos viendo la improvisación saliendo a actuar en grupos de CINCO (que rima con amistad…). En las improvisaciones podemos: tumbarnos, saltar, correr hacia delante, hacia atrás, andar, girarnos… casi de todo, pero el poder hacer tantas cosas implica mayor complicación, pero SOMOS LOS MEJORES y podemos con ello, asique ADELANTE.

Salimos de cinco en cinco, y nos ponen una música distinta a cada grupo. Tenemos que interiorizar esa música y movernos en función de lo que nos pida el cuerpo. Poco a poco, van surgiendo FIGURAS, FORMAS creadas por el grupo fruto de la repetición, duración… algo maravilloso. Las músicas son muy variadas, y debemos ser capaces de captarla sea del tipo que sea… pero todo tiene su límite, porque te pongan una música así como de bailarinas o una especie de polca… que se lo pregunten a alguno que otro, pero te deja ROTO, por tu cabeza en ese instante pasa y qué narices es esto¿? Qué hago yo ahora¿? Voy y me siento junto al público…Espera voy a hacer algo… NO, tarde…y sí… no, tampoco… bua yo no se qué hacer. Lo peor de todo es que como dice Darío, hay que estar “PREVENIDOS”, enfocando con nuestro pecho al público. Este ppublico se da cuenta de todo, si te arrascas, si te mueves, si…si…si… pues leche si notan todas esas cosas cómo narices no se van a dar cuenta de que te has quedado EN BLANCO?¿ claro, claro que se dan cuenta, y tu les ves, y te miran, y se rien, y tu por vergüenza y no sentirte inspirado te ries… Qué otra cosa puedes hacer¿¿??

Hugoooo pesaooo acaba YAAA que te enrollas más que las persianas!! Seguro que a estas alturas alguno ya ha dejado de leer verdad¿? SORRY, ya queda poco, ÁNIMO!

Por último, a estas interpretaciones incorporamos el poder saltar de un carril a otro, es decir, podemos colocarnos al lado, delante, detrás… de otro compañero. Esto permite que el resultado obtenido sea mucho mayor. En este tipo de improvisaciones pueden empezar a surgir pequeñas historias que embauquen al espectador, y este quiera más.

OS ESPERO EN ESE MUNDO DE ENSUEÑO LOS JUEVES A LAS 14:30 (después de pasar por cafetería)

Un abrazo… HUGO

Sesión 6 (Crónica de Montse)

Al principio de la clase intentamos explicar en qué consiste la improvisación desde el punto de vista que vamos a utilizar ya que es muy importante saber cuáles son los pasos a seguir.

Empezamos caminando por el espacio, erguidos, con energía, mirando al frente. Dejamos de mirar al frente y nos mirábamos a los ojos unos a otros con los compañeros que nos cruzábamos.

Nos empezaron a reducir el espacio por el que nos desplazábamos, mientras nosotros nos movíamos con la misma energía. El espacio seguía reduciéndose hasta que sólo nos podíamos desplazar en dos metros cuadrados.

El espacio se volvió a hacer amplio; lo que teníamos que hacer era andar o permanecer parados todos a la vez, pero sin decir nada; sin decir si íbamos a andar o si nos quedábamos parados.

A continuación hicimos otra dinámica. Todos estábamos parados, de pie, y nos decían un número; entonces tenía que empezar a nadar el mismo número de personas. Pero nos movíamos de forma impulsiva, sin llegar a ningún acuerdo para ver quién era el que andaba. El resto de las personas se quedaban parados.

En la siguiente dinámica, mientras nos desplazábamos por el espacio, nos pasábamos un balón unos a otros, sin pararnos y sin que la pelota cayera al suelo, lo único que hacíamos para asegurarnos de que el balón iba a ser recibido por otro compañero, era mirarle a los ojos.

Una vez que habíamos hecho estos ejercicios para “calentar” y concentrarnos, empezamos a practicar lo que empezamos a hacer en la sesión anterior. Aprendimos a utilizar la energía kinestésica, los impulsos que sentíamos a través de la música o a través de lo que hacían nuestros compañeros.

Salíamos a hacer la práctica en grupos de cinco y nos poníamos en hilera, uno al lado de otro. Sonaba la música, y teníamos que, o estar de pie o de cuclillas; e intentando permanecer tres e nosotros agachados y dos de pie. Nuestra actitud era firme, con una mirada alta y puesta en un punto fijo. Teníamos una visión amplia y podíamos ver a alguno de nuestros compañeros, pero no se podía ver a todos; prácticamente se tenía que percibir si se agachaban o si estaban de pie para conocer la posición de todo el grupo. Siempre conseguíamos conectar entre nosotros y entrar en un “juego” que surgía por sí sólo, sin una comunicación verbal.

Después introdujimos variables; en vez de hacerlo en hilera, se hacía en fila; de esta forma la información que recibíamos de nuestros compañeros era menor. Ya que los de delante no pueden ver a los de detrás.

Y ya para acabar, la otra variable que se introdujo fue que, además de los 2 movimientos anteriores, también podíamos o tumbarnos boca arriba o boca abajo, o botar en el sitio, dándole la duración al movimiento o las repeticiones que creyéramos oportunas.