martes, 14 de diciembre de 2010

10ª SESIÓN: CON - TACTO

Al principio de la sesión nos pusimos por tríos. Una persona se tumbaba en el suelo y tenía que ir haciendo estiramientos de una forma fluida y las otras dos le ayudaban en su estiramiento con las manos, pies, cuerpo… Fue una sensación un poco extraña, aparecieron formas de estirar que nunca había experimentado.
El segundo ejercicio fue el de los árboles y el mono, dos personas hacían de árbol y no podían despegar los pies del suelo y la otra durante el tiempo estimado tenía que intentar mantenerse sobre ellos sin tocar el suelo. Fue un poco difícil porque estabas todo el rato preocupándote por como no hacerles daño.
Después, nos juntamos todos y a la orden de ya teníamos que hacer una especie de circuito o de selva por la que uno de los compañeros tenía que pasar sin tocar el suelo hasta el otro lado. Aparecieron circuitos sencillos, sin embargo otros, donde los compañeros se colocaban boca arriba eran muy complicados de atravesar.
Luego nos colocamos por parejas y teníamos que pasar de un lado a otro de la sala de varias formas manteniendo el contacto con los pies, con el tronco…Anterior a eso, habíamos pasado de un lado al otro de la sala como roca y como masa, es decir, bloqueando nuestros brazos y piernas y rodando; y dejándonos como "blandiblú". Destaco la serie que hicimos de la Sirenita y el Croissant, uno se colocaba como una sirenita en una roca sobre el otro que hacía la forma de croissant, este último giraba sobre sí mismo y el de arriba era arrastrado hasta el otro lado, pasando de ser sirenita a croissant. Al principio parecía difícil pero en cuanto empezamos a colocar nuestro centro bien sobre el suyo y dejábamos a un lado la rigidez todo surgía solo.
Luego ya empezamos a hacer posiciones por parejas en las que uno hacía de mesa y el otro o bien hacía una “voltereta” utilizando al compañero como cuando las hacíamos en la barandilla del colegio, o pasábamos de un lado a otro por encima de él rodando, te apoyabas con un hombro y salías por el hombro contrario y así varias posiciones más en las que lo fundamental era ser conscientes de nuestro centro de gravedad y el del compañero para no desequilibrarnos. Este ejercicio fue de los que menos me gusto porque cada vez que me subía a alguien sentía que le estaba haciendo daño porque le pesaba demasiado o le clavaba la cadera o algo. No me sentí segura haciéndolo, sin embargo, mucha gente del grupo estuvo muy contenta con esta actividad porque decían que a pesar de ser pequeñas se habían sorprendido de su fuerza al poder aguantar el peso de las más grandes.

Estefanía

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