lunes, 16 de febrero de 2009

Sesión 5 (13-feb-2009) [Crónica de Abel]

Viernes 13, día terrorífico donde los haya. El día en que las tinieblas invaden el mundo de los vivos, el día en que estrenan la vigésima parte de la trepidante y sangrienta película de Viernes 13 (si, tras una peli por año sigue habiendo gente que va a verlas…), el día en que un grupo de estudiantes se reúnen en una sala de unos sótanos, en una universidad apartada de la mano de Dios para…reírnos y pasar un buen rato. De haber sido en los united estates hubiésemos muerto seguro, pero como esto es España la cosa fue más agradable.
Entrando ya en temario, continuamos con la ponencia de Darío, ese hombre que nos enseña a improvisar en escena.

La sesión se inició con un par de incorporaciones nuevas de compañeros que no estuvieron en la última sesión. Con ellos practicamos algunos ejercicios de lo que se podría denominar como calentamiento escénico, ya practicados en la sesión anterior.
Tras comprobar nuestra coordinación óculo-manual mediante lanzamientos y recepciones de pelotitas, descubrimos que a estas alturas de la vida aún no nos habíamos aprendido los nombres de nuestros compañeros.

Estos ejercicios centrados en la atención y la escucha nos sirvieron para, principalmente, reírnos como niños y comprobar que no es tan fácil prestar la debida atención a un estímulo determinado como es el grito de nuestro nombre o una pelota imaginaria que rebota contra una pared de frontón.
Bueno, pues cuando ya no podíamos contenernos más de la risa pasamos a lo gordo, a lo creativo, a la escenificación con público.

Como en la clase anterior, en grupos de cinco y delante del público, debíamos realizar diferentes movimientos corporales, previamente pautados, al compás de una música que nunca sabíamos qué ritmo iba a llevar.
La escucha, el comportamiento kinestésico, la duración y la velocidad de los movimientos eran las reglas para trabajar con dichos movimientos.
La diferencia radica en que en esta sesión podíamos desplazarnos por un carril imaginario hacia el público e incluso posteriormente dar la espalda al mismo, pudiendo crear efectos realmente llamativos.

Las primeras representaciones, por llamarlo de alguna forma, salieron muy bien, pero nos faltaba repetición y constancia en algunos momentos, factores que poco a poco fuimos puliendo hasta crear una composición con la que todo el mundo quedo gratamente impresionado. Con una simple pauta de movimientos y unos compañeros a los que apenas podíamos ver, lográbamos coordinarnos entre nosotros y con la música, crear patrones de movimiento y seguirlos a través de aceptar las sugerencias motrices de nuestros compañeros o de proponerlas nosotros.
En definitiva, y para no extenderme mucho, solamente decir que estoy deseando continuar con estas clases, continuar con risas y continuar interactuando y conociendo a nuestros compañeros como sin duda lo estamos logrando gracias a ese hombre que nos grita cosas raras mientras actuamos y a Angi que coge apuntes como si estuviese en clase de anatomía….
Un Viernes 13 sin Jason ni Freddy, pero con unos cuantos monstruos del movimiento que transforman los gritos en risas.

1 comentario:

Angi dijo...

¡impesionante!Esta palabra describe todo lo que surgió en esta sesión. Los montajes, las risas, la concentración...